La microscopía se ha convertido en el estándar en muchas disciplinas quirúrgicas desde su introducción en la medicina. Gracias a los avances de la tecnología, ofrece un margen infinito para la innovación y tiene un gran potencial y valor para el uso clínico diario. El viaje de los microscopios quirúrgicos empezó en 1921 con la invención de la electrocauterización, con la que se pueden controlar las hemorragias de los tejidos y realizar una disección sin sangre. Los primeros microscopios quirúrgicos eran desarrollos cooperativos interdisciplinares con ORL, oftalmología y ginecología. Con el tiempo, los microscopios llegaron a muchas otras disciplinas quirúrgicas.

En cirugía plástica y reconstructiva, los microscopios van de la mano de los logros en microcirugía. La primera anastomosis linfovenosa se realizó en 1962 y avanzó a supermicrocirugía en el año 2000 con la anastomosis de vasos sanguíneos con un diámetro inferior a 0,8 mm. El tratamiento quirúrgico híbrido del linfedema ejemplifica la necesidad de innovación constante en cirugía plástica y reconstructiva a fin de mantener o restaurar la estética, la funcionalidad y la calidad de vida de los pacientes.

La presentación inaugural va seguida de un debate de un panel de expertos con el Dr. Chieh-Han John Tzou, el Dr. Johnson Chia-Shen Yang, el Dr. Christian Taeger y el Dr. Joon Pio Hong, en el que abordarán temas como la anastomosis linfovenosa (ALV) y el papel de la formación y la educación en supermicrocirugía.